Don Tomás Perez Salmerón- ¿No sé a cuenta de qué se escribe en el foro de él?

Los caciques rurales siempre han sido enemigos de la cultura popular, un pueblo inculto es más fácil de dominar. La Iglesia Católica Apostólica y Romana, siempre ha sido contraria a la cultura popular; un pueblo inculto es más fácil de doblegar.

La izquierda siempre ha entendido a la cultura como parte fundamental del desarrollo de los pueblos.

En la república española hubo maestros muy dignos que lucharon, en condiciones muy precarias, para  que la España rural saliera de la explotación a la que la tenían sometida  los caciques y los curas.

El Carpio de Tajo no fue una excepción, y Don Tomás Pérez Salmerón fue un ejemplo de maestro rural a favor del pueblo. Por este motivo fue acosado, vilipendiado, repudiado, y encarcelado, cuando los llamados “nacionales”, que no eran otros que los golpistas de un gobierno Constitucional elegido democráticamente en las urnas, se hicieron con el PODER por la fuerza de las armas, y el apoyo “condicional” de los regímenes fascistas de Alemania e Italia.

No contentos con encarcelar a Don Tomas, los “falangistas de a tres pesetas diarias”, pagados por los caciques y hombres “de bien” de este pueblo, querían algo más que una condena en la cárcel.

Las autoridades militares de Talavera que iniciaron el proceso de depuración de don Tomás no encontraron motivos para retenerle en la cárcel por más tiempo, y le pusieron en libertad condicionada primero y libertad total después, Los caciques de Carpio se alarmaron e invocaron a los tumultos que se iban a producir en Carpio si el ROJO del maestro Tomás salía a la calle.

No pasó nada, como era de esperar. Ni en Carpio, ni en Talavera, ni en el resto de España.

Don Tomas fue un buen maestro; no habiendo nacido en el Carpio de Tajo, se involucró y apoyó a la República, defendió a los carpeños, que por primera vez se sintieron “hombres libres” sin ser explotados por los de siempre, los “cacicones de tres al cuarto” porque los propietarios, los hacendados no habitaban en el Carpio; vivían en Madrid,